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Panorama de las microfinanzas y la inclusión financiera en Uruguay

El Observatorio de Inclusión Financiera (OIF) analiza el sector de microfinanzas y los avances en el proceso de inclusión financiera en el país.
"La doña", Por Martín Chiesa, gentileza OIF.

Uruguay es un país de aproximadamente 3,3 millones de habitantes, que alcanzó en 2015 un PBI de U$S 53.349 millones. Asimismo, su crecimiento interanual fue de 0,7% en el primer semestre de 2016 (1). Ocupa el lugar 52 en el Índice de Desarrollo Humano (2015) que elabora el PNUD y de acuerdo a este organismo se encuentra dentro de los países denominados de desarrollo humano alto.

El sistema financiero uruguayo

El Banco Central del Uruguay (BCU), a través de la Superintendencia de Servicios Financieros, tiene la misión de velar por la protección de los usuarios financieros así como vigilar la solvencia, transparencia y eficiencia del sistema financiero. Las entidades reguladas por el BCU se dividen en bancos y entidades no bancarias. En Uruguay existen 11 bancos y más de 60 entidades no bancarias entre cooperativas de ahorro y crédito, administradoras de crédito, casas financieras y empresas de servicios financieros. Las entidades reguladas tienen obligación de informar sobre su actividad al BCU.

El mercado de microfinanzas

Sólo algunas de las entidades reguladas poseen líneas de microcrédito. La mayoría de las instituciones de microfinanzas en Uruguay no cuenta con una regulación financiera específica sobre la actividad que desarrollan y por lo tanto tampoco aportan información pública. Dentro de este último grupo encontramos las cooperativas de capitalización supervisadas por la Auditoría Interna de la Nación y las ONGs financieras que no tienen ente regulador. Esta situación presenta un importante desafío para el estudio del sector ya que la mayor parte de la información con la que se construye el volumen de la cartera de microcrédito en Uruguay no es pública y se realiza con el aporte voluntario que realizan las Instituciones al Observatorio de Inclusión Financiera (OIF) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEyA) en convenio con el Programa Uruguay Más Cerca de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP).

Cifras del sector

A diciembre de 2014, con la información de las 8 instituciones de microfinanzas (2) más representativas del mercado, la cartera de microcrédito productivo en Uruguay asciende a aproximadamente US$ 57 millones y cuenta con 35 mil clientes.

En el último trimestre de dicho año el volumen de la cartera aumentó un 9% y la cantidad de clientes un 6%. El nivel de morosidad alcanza a 4,4%. El 38% de la cartera se destina a capital de giro, el 51% a inversiones y el resto se distribuye entre descuento de documentos, factoring y microleasing.

Persiste una importante segregación territorial en lo que refiere al acceso al microcrédito ya que más del 60% de la cartera se encuentra en el área metropolitana del país (departamentos de Montevideo y Canelones).

Las 8 instituciones mencionadas no captan depósitos del público por lo que se fondean con capital propio o financiamiento de primer piso.  

Situación del acceso al sistema financiero 

A pesar del nivel de desarrollo humano de Uruguay y la solidez institucional de su sistema financiero persisten importantes rezagos en lo que refiere a inclusión financiera de familias y unidades productivas.

Infraestructura a nivel territorial

En base a un estudio elaborado por el Observatorio de Inclusión Financiera (3), publicado en octubre de 2016, es posible visualizar la infraestructura a través de un mapeo de canales de acceso a servicios financieros. Según este documento, el total de sucursales bancarias a junio de 2016 asciende a 316, de lo cual se desprende que es posible encontrar 13 sucursales cada 100.000 adultos. Sin embargo, la situación a nivel territorial es heterogénea. Es así que en la mayoría de las regiones del país (4), este indicador se sitúa debajo del promedio, mientras que se observa un valor máximo en el Litoral Sur, explicado por el departamento de Colonia donde este indicador se sitúa cercano a 24, lo cual se relaciona directamente con la infraestructura turística del departamento.

Gráficas 1 y 2 – Distribución de sucursales.

Asimismo, la distribución de las sucursales en función de la superficie sitúa en mejor posición a la Zona Metropolitana. El promedio para todo el país es de 0,2 sucursales por km2, mientras que el valor para la Región Litoral Norte es menor a 0,1.

Al mismo tiempo, se observa que el número de POS cada 100.000 adultos asciende a 1.838 a nivel nacional, siendo la Región Este la única que supera este valor, en clara referencia a la necesidad de estos dispositivos para el turismo de la zona. La zona de mejor posición en términos de superficie territorial es la Metropolitana, destacando del resto de las regiones con 53 POS por kilómetro cuadrado mientras que el promedio nacional se ubica en 24 POS / km2 .

Gráficas 3 y 4 – Número de POS.

Acceso de la población

De acuerdo a la Segunda a Encuesta Financiera de los Hogares (5), realizada entre octubre 2013 y julio 2014, aproximadamente el 46% de los hogares declara poseer al menos una cuenta bancaria, proporción que asciende a 55% al ser corregida por inconsistencias registradas en respuestas a otras preguntas del cuestionario. Particularmente, 44% de los hogares cuenta con al menos una caja de ahorro, en tanto que 8% declara tener cuenta corriente.

Asimismo, el 60% de los hogares cuenta con tarjeta de crédito, siendo este el instrumento con mayor proporción de tenencia entre los encuestados. La penetración de las tarjetas de crédito supera incluso a la de las cuentas bancarias, lo cual podría estar relacionado con las numerosas instituciones financieras no bancarias que en Uruguay ofrecen este producto, así como con el hecho de que los datos fueron relevados previamente a la implementación de la Ley de Inclusión Financiera. La no bancarización es mayor en los quintiles de menores ingresos y en los estratos de nivel educativo bajo. En cuanto al uso de medios de pago para gastos cotidianos (vestimenta, alimentación, etc.), según la misma fuente, casi el 54% de los hogares utilizan solamente efectivo o cheque (proporción que era de 70% en la primera etapa de la encuesta en 2011), mientras únicamente un 6% utiliza mayoritariamente tarjeta de crédito o de débito. Este porcentaje asciende a casi el 14,1% en el último quintil de ingresos.

Por otro lado, según datos del Banco Mundial respecto a la cobertura de servicios financieros, considerando a las personas mayores de 15 años en 2014, el 45,4% tenía una cuenta en una institución financiera, proporción que era de 23,5% en 2011. Resulta interesante notar que partiendo de niveles similares en 2011, la tenencia de cuentas bancarias creció más para las mujeres que para los hombres, alcanzando el 50,1% y 41,3%, respectivamente. Adicionalmente, en 2011, 9,6% de la población de los dos quintiles más pobre contaba con cuenta bancaria, porcentaje que ascendió a 35% en 2014.

Gráfica 5 - Indicadores de bancarización.

Se encuentra también que solamente un 1,2% utiliza cuentas móviles (60, proporción que es mayor para hombres y personas con ingresos del 60% superior, respecto a las mujeres y a las personas de menores ingresos (7). Asimismo, de acuerdo a información del BCU, la utilización de tarjetas de débito como forma de pago continúa en aumento. En 2015, la cantidad de operaciones fue de 35,7 millones, presentando un crecimiento del 152% respecto a 2014; mientras que los montos transados ascendieron a US$ 1.571,0 millones, lo que implica un aumento de 127% (8) respecto al año anterior (9). 

Por otra parte el 58% de las micro y pequeñas empresas no demandan crédito. Las razones que mayoritariamente explican ese comportamiento se refieren a que el "crédito bancario tradicional es de difícil acceso". Dentro de las micro y pequeñas empresas que demandan crédito solo el 13% consideran que su demanda está totalmente satisfecha (10).

Gráfica 6 – Tarjetas de débito.

Medidas para profundizar la inclusión financiera

En los últimos años se constataron numerosas iniciativas desde la política pública para intentar avanzar hacia la inclusión financiera de familias y unidades productivas, con impactos que aún no se han medido, y además se ha incursionado fuertemente en campañas de educación financiera.

En el 2013 el BCU aprobó varios decretos que apuntan a aumentar la bancarización de la población: Corresponsales Financieros, Banca Minorista y Cuentas Básicas de Ahorro.

En Abril de 2014 se aprobó la Ley de Inclusión Financiera que persigue los siguientes objetivos (11):

  • Universalización de derechos y democratización del sistema financiero.
  • Reducción del IVA para las compras que se paguen con medios electrónicos.
  • Mejorar la eficiencia del sistema de pagos.
  • Fomento de la competencia en el sistema financiero.

Un hito importante en el proceso de inclusión financiera que impulsa la mencionada Ley se configuró a partir del 1° de octubre de 2015. Desde esa fecha, todos los trabajadores, jubilados y beneficiarios de prestaciones sociales, así como las empresas de reducida dimensión económica, tienen derecho a acceder en forma gratuita a una cuenta en una institución de intermediación financiera o a un instrumento de dinero electrónico, con un conjunto de servicios financieros asociados sin costo.

Cabe destacar que existen disposiciones legales posteriores a la Ley que buscan contemplar ciertas dificultades existentes. El mapeo realizado por el OIF fue un insumo importante en la discusión parlamentaria que luego dio origen a la Ley 19.435 que prorroga la obligatoriedad del pago de remuneraciones, pasividades y beneficios sociales en las localidades que tienen menos de 2.000 habitantes. Asimismo, se prevén generar prórrogas para algunos sectores de actividad que también muestran carencias, es el caso de trabajadores rurales y servicio doméstico.

En la misma línea, el gobierno anunció recientemente que exonerará del impuesto al patrimonio a las empresas de créditos que dediquen la parte mayoritaria de sus activos a financiar a las microempresas, con el objetivo de paliar el problema de acceso al crédito que estas últimas enfrentan. Por otra parte, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el BCU, el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) y los bancos privados acordaron una agenda de trabajo, que ya está en marcha, para continuar bajando el costo asociado al uso de medios de pago electrónicos.

En otro orden, desde la FCEyA se continúa realizando actividades de extensión, investigación y enseñanza que apuntan a contribuir al proceso de inclusión financiera de la población.

En particular, el OIF, creado en junio de 2013, mantiene una plataforma virtual con indicadores de inclusión financiera y productiva de Uruguay así como herramientas que facilitan el acceso a la información sobre la oferta de servicios financieros a pequeños emprendimientos productivos.

Desde el OIF también se desarrollan actividades presenciales en distintas localidades del país brindando talleres sobre Inclusión Financiera, Formalización y Educación Financiera, orientadas principalmente a estudiantes y pequeños emprendimientos.

Desde diciembre 2014 el OIF de la FCEyA, Uruguay Más Cerca de OPP y el Portal Microfinanzas de CGAP tienen un acuerdo de cooperación e intercambio de información y conocimiento en materia de inclusión financiera y productiva.

¿Quiere aprender más sobre inclusión financiera en Uruguay? Visite nuestro mapa interactivo y explore Uruguay.

¿Qué dice el Global Findex sobre Uruguay? Lea aquí.

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1 - Fuente: BCU. Tipo de cambio promedio de 2015.

2 - ACAC, Cintepa, Comac, Fucac, Fundasol, Ipru, Microfin y República Microfinanzas S.A. Estas instituciones fueron seleccionadas por ser las más representativas del mercado y porque se caracterizan por prestar servicios financieros con metodología de análisis de crédito de microfinanzas.

3 - Mapeo de acceso a servicios financieros. OIF (2016) 

4 - Se definen las regiones agrupando los departamentos de acuerdo a la clasificación utilizada por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP): Litoral Norte: Artigas, Salto y Paysandú; Litoral Sur: Soriano, Río Negro y Colonia; Zona Centro Sur: Durazno, Flores, Florida y San José; Zona Metropolitana: Montevideo y Canelones; Región Este: Maldonado, Lavalleja, Rocha y Treinta y Tres; Región Noreste: Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo.

5 - Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales. "Encuesta Financiera de los Hogares (EFHU-2). Descripción y resultados", 2016.

6 - Se considera que tienen cuenta móvil aquellos que declaran haber usado un teléfono móvil para pagar cuentas, enviar o recibir pagos en los últimos 12 meses, en 2014.

7 - Banco Mundial.

8 - No se considera en este incremento la evolución del TC.

9 - Fuente: BCU.

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