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De la protección a la resiliencia: Repensar los seguros para todas las personas

CGAP y AXA trabajarán para repensar el seguro y fortalecer la resiliencia.
Barco con un hombre en un paisaje con bruma, México.

A medida que la comunidad global lidia con las dobles crisis del alivio de la pobreza y el cambio climático, la conversación en torno a una “transición justa” se ha vuelto más urgente. 

El núcleo del desafío es que el cambio climático no afecta a todas las personas por igual. Para las comunidades vulnerables, sus efectos son más severos y a menudo agravan los desafíos a los que ya se enfrentan. Es necesario actuar, para que estas comunidades no se queden atrás. Esto significa garantizar que tengan el apoyo necesario para adaptarse al cambio climático, acceder a tecnologías verdes y, finalmente, aumentar su resiliencia. Pero esto no puede suceder centrándose únicamente en los riesgos climáticos; muchos otros riesgos, tales como las pandemias, la inseguridad alimentaria, la exclusión social e incluso las perturbaciones causadas por amenazas cibernéticas, también están en aumento. Los riesgos “cotidianos”, tales como la muerte del sostén principal de la familia o una emergencia de salud en la familia, también pueden ser catastróficos. Cada uno de éstos puede desestabilizar a un hogar de bajos ingresos, haciendo que le sea más difícil recuperarse y construir un futuro seguro, lo cual subraya el papel vital que deben desempeñar los seguros para garantizar la salud financiera de los más vulnerables frente a los crecientes riesgos. 

Desarrollar resiliencia ante todos los riesgos, no solo el climático

Este cambiante panorama de riesgos requiere nuevas estrategias de resiliencia que consideren la interconexión del riesgo. Conocemos los riesgos directos de los impactos climáticos, por ejemplo, inundaciones, daños por tormentas, estrés por calor y sequías. Sin embargo, uno de los mayores peligros del cambio climático es que agrava otros riesgos. Por ejemplo, el aumento de las olas de calor y los desastres naturales pueden provocar mayores tasas de mortalidad, un aumento de las enfermedades y alteraciones en la producción de alimentos. Una vez más, estos riesgos son particularmente pronunciados para los hogares de bajos ingresos, para quienes lograr y mantener la salud financiera (es decir, su capacidad para gestionar sus obligaciones financieras y tener confianza en su futuro financiero) es ya un desafío. El cambio climático magnifica sus vulnerabilidades existentes y hace aún más difícil desarrollar resiliencia.

"Este cambiante panorama de riesgos requiere nuevas estrategias de resiliencia que consideren la interconexión del riesgo".

Para construir un mundo verdaderamente sostenible donde la resiliencia y la prosperidad sean posibles para todas las personas, necesitamos un enfoque inclusivo que considere todos los riesgos, no solamente el riesgo climático. La brecha de protección global, que Swiss RE estima en US$1,8 billones, abarca la salud, la mortalidad, la pérdida de cosechas y las catástrofes naturales. De no actuar de manera deliberada y específica, esta brecha se seguirá ensanchando, dejando a las personas más vulnerables con una capacidad aún menor de soportar los impactos del cambio climático y otros riesgos, y haciendo que les resulte todavía más difícil desarrollar resiliencia. 

La industria de seguros puede desempeñar un papel crucial en este sentido, expandiéndose más allá de los modelos tradicionales de seguros y desarrollando soluciones innovadoras que hagan que el mundo sea más sostenible, justo y equitativo. 

El potencial transformador de los seguros

La industria de seguros tiene la oportunidad de impulsar el cambio. Al desarrollar modelos de seguros innovadores e inclusivos, las aseguradoras pueden hacer que la resiliencia sea alcanzable, especialmente para quienes se enfrentan a riesgos diarios con recursos limitados.

Programas tales como el producto de microseguro Extreme Heat de SEWA, socio de CGAP, disponible para 50.000 trabajadoras en la India para protegerlas de las olas de calor peligrosas para su salud, demuestran lo que es posible cuando converge la gestión de los riesgos climáticos y los riesgos de salud.

Similarmente, AXA EssentiALL brinda soluciones de seguros accesibles para reducir los riesgos cotidianos para comunidades en áreas vulnerables al clima. Esto permite a los hogares de bajos ingresos tener mayor acceso a servicios sanitarios de calidad o a una cobertura de accidentes personales, por ejemplo, lo cual proporciona a la persona asegurada ingresos o recursos para limitar el impacto de la interrupción del negocio en caso de que necesite dejar de trabajar por un tiempo.

Iniciativas tales como éstas empoderan a las comunidades de bajos ingresos, equipándolas con herramientas para recuperarse de las crisis y desarrollar su salud financiera con el tiempo.

CGAP y AXA se comprometen a trabajar conjuntamente para avanzar en soluciones de seguros que aborden directamente las brechas de protección. En un reciente evento de AXA EssentiALL para la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Semana del Clima de Nueva York, titulado “Futuros resilientes: Cerrar la brecha de protección para la salud financiera global”, ambas organizaciones subrayaron la importancia de una transición justa y equitativa, y el papel que pueden desempeñar los seguros para llevar a cabo esa transición a través de productos que mitiguen las vulnerabilidades existentes y protejan contra riesgos emergentes.

"CGAP y AXA se comprometen a trabajar juntos para avanzar en soluciones de seguros que aborden directamente las brechas de protección".

Pero crear mejores soluciones es sólo una de las formas en que las aseguradoras pueden fomentar una verdadera resiliencia. Las aseguradoras también pueden aprovechar sus capacidades de evaluación de riesgos y desplegar su capital para una mayor inclusión. 

Las aseguradoras deben hacer más... en todos los frentes 

Para desarrollar una verdadera resiliencia, la industria aseguradora necesita hacer más y mejor. No basta simplemente con proporcionar un pago para ayudar a las comunidades a recuperarse cuando las crisis se producen. Las aseguradoras deben afrontar el inmenso desafío de mejorar su alcance y desarrollar modelos innovadores que extiendan la protección hasta la última milla para una amplia gama de riesgos. Las aseguradoras tienen las herramientas para hacer esto al:

  • Desarrollar soluciones inclusivas: Las aseguradoras deben ampliar sus ofertas para cubrir todo el espectro de riesgos que enfrentan los hogares de bajos ingresos, desde alteraciones a la salud y los medios de vida hasta crisis relacionadas con el clima.  El producto de calor extremo de SEWA y la gama de productos Essential de AXA son algunos ejemplos.
  • Aprovechar las capacidades de evaluación de riesgos:  En muchas jurisdicciones, la experiencia del sector de seguros en la evaluación y gestión de riesgos ya ha estado impulsando medidas proactivas informadas sobre los riesgos, tales como mejores defensas contra las inundaciones o estándares de construcción más seguros. Pero esta experiencia en gestión de riesgos se puede aprovechar aún más. Por ejemplo, la Global Risk Modelling Alliance fue creada para apoyar a los gobiernos con datos de código abierto que aprovechan las capacidades de análisis de riesgos de la industria de seguros para ayudar a las naciones a comprender mejor su exposición al clima y al riesgo de desastres. Necesitamos ver más colaboraciones de este tipo. También sería relevante que las aseguradoras integren datos sobre la vulnerabilidad de los hogares en sus análisis de riesgos para que los programas puedan generar resiliencia directamente para las poblaciones más vulnerables.
  • Desplegar capital para una mayor inclusión: Con más de US$ 40 billones en activos, aproximadamente un tercio de todos los activos gestionados a nivel mundial, las aseguradoras ejercen un significativo poder financiero. Esto es 10 veces más que las estimaciones que el PNUD considera necesarias para cerrar la brecha de financiación de los ODS. El lanzamiento de estructuras de financiación mixta, tales como el reciente Plan de desarrollo de infraestructura del IDF (Insurance Development Forum), muestra el influyente poder que las compañías de seguros pueden tener como algunos de los mayores inversores institucionales en el apoyo a la agenda de transición justa. Necesitamos que fluya más capital privado hacia muchas áreas críticas, incluido el clima, si queremos construir un mundo verdaderamente sostenible e inclusivo. Este capital puede dirigirse estratégicamente a inversiones que apoyen a las poblaciones atendidas en forma deficiente en salud, educación e infraestructura, así como a la adaptación climática.  Éste es un rol que las aseguradoras pueden desempeñar a escala.

La urgencia de desarrollar resiliencia contra el cambio climático es innegable. Asimismo, no podemos darnos el lujo de pasar por alto otros riesgos que también amenazan los medios de vida y las vidas de las personas más vulnerables. La industria de seguros tiene una oportunidad única (y una obligación) de generar mayor resiliencia para todas las personas. Al aprovechar su experiencia, capital e innovación en gestión de riesgos, las aseguradoras pueden ser agentes de un mundo más inclusivo, justo y resiliente.

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