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La FMBBVA que atiende en Panamá a través de Microserfin, presenta informe sobre los efectos de la crisis en los microempresarios

El año 2020 pasará a la historia como el año de la pandemia, con enormes consecuencias para la salud, la economía y el aumento de las desigualdades. Pero el impacto de esta crisis no ha sido igual para todos.

Latinoamérica, ha sido una de las zonas más afectadas, lo que “ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región”, como señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su último informe.

Los retos a los que se vieron sometidos los 2.612.144 personas (el 57% mujeres) a los que atiende la FMBBVA en en la región  y entre ellos más de 14.000 panameños demostraron una vez más su fortaleza y resiliencia frente a las situaciones más adversas.

Stephanie Garcia Van Gool,      directora de Medición de Impacto y Desarrollo Estratégico explicó durante la presentación que “a finales de 2020, el 84% de los negocios de los microempresarios de la FMBBVA estaban abiertos.  Nueve de cada diez habían tomado alguna medida para hacer frente a la crisis. En sus negocios principalmente cambiaron de actividad o la diversificaron; en sus finanzas utilizaron sus ahorros como principal medida. Las mujeres son las más perjudicadas por el impacto de la pandemia, con un 77% de sus negocios afectados por la crisis, lo que ha provocado un aumento de la brecha de género en la región”.

Contexto Panamá

Por su parte Kira Gardellini, gerente de Mercadeo y Experiencia del cliente en Microserfin indicó que “en el caso de Panamá el impacto de la crisis ha sido severo. Sólo el 44% de los negocios de los clientes estaban abiertos en julio 2020 y el 50% en diciembre. Además, el 86% de los que los mantuvieron abiertos sufrió, una reducción en sus ventas entre el comienzo del confinamiento y noviembre 2020. Sin embargo, un 11% consiguió mantenerlas y el 3% aumentarlas”.

“La recuperación ha sido lenta, al cierre de 2020 se observaba cierta recuperación. El 37% aseguraba tener unas ventas iguales o mejores respecto al periodo previo a la pandemia (nov-19 vs. nov-20)”, agregó.

La encuesta revela que las actividades que se han visto más afectadas son las de pequeño comercio, que prevalecen entre las mujeres y en las áreas urbanas. De ellas sólo cuatro de cada diez mantenían su negocio en funcionamiento.

También que en todos los sectores las mujeres han sufrido pérdidas de ventas más elevadas que los hombres y se debe principalmente al hecho de que las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en aquellas actividades que han tenido mayor impacto negativo por la crisis como el comercio, la industria manufacturera y las actividades de hostelería y restaurantes. Esto ha expuesto a sus hogares a un elevado riesgo de caída en la pobreza.

Según las cifras de la encuesta a microempresarios panameños 6 de cada 10 tomaron alguna medida. Casi un cuarto ha recurrido a medidas financieras, especialmente alivios de sus créditos (concesión de períodos de gracia), o a los ahorros del hogar para hacer frente a los gastos mensuales. El 22% adaptó su negocio al nuevo contexto. Entre éstos, la medida predominante ha sido cambiar o dar un nuevo giro al negocio), seguida por implementar entregas a domicilio y añadir canales digitales de venta y comunicación con los clientes y diversificar.

Créditos y reactivación

En 2020, la entidad de la FMBBVA en Panamá a través de Microserfin ha entregado 5.225 créditos con un préstamo medio de US$ 1.593. A cierre de 2020 Microserfin tenía una cartera de 23,6 millones. Después de que comenzara la pandemia, la demanda de crédito ha sido mayor en el sector agropecuario (49% de los desembolsos) y en las áreas rurales, mientras que en todos los sectores el porcentaje de créditos destinados a las mujeres ha disminuido.

Entre ellas, la demanda de crédito se ha concentrado más entre las que se dedicaban a la venta de comida y bebidas o tenían pequeños quioscos y abarroterías, que son precisamente quienes menos se han visto afectadas por la crisis. Es decir, las personas cuyas actividades han sufrido menos, han sido las más propensas a solicitar un crédito.

El 27% de los clientes piensa que podría recuperarse en menos de seis meses. Por tanto, resulta clave ofrecer servicios a medida para ayudar a los microempresarios a reactivarse. El crédito es una de las primeras herramientas requeridas y responde a la falta de liquidez para la compra de mercancía, si bien se espera que las mejoras de los negocios o inversiones en activos también serán necesarias.

De hecho, la encuesta refleja que entre los planes de reactivación de los negocios predomina la adaptación, es decir, el cambio de actividad, su diversificación o digitalización (45%); seguida de la solicitud de un crédito (28%).

Las cifras expuestas son el resultado de cerca de 17,000 encuestas aplicadas a microempresarios de Panamá, Colombia, Perú, Chile y República Dominicana donde se buscó conocer el impacto de la crisis generada por la Covid-19 en sus negocios y hogares; las medidas que han tomado para superar la crisis; su grado de satisfacción con las soluciones financieras ofrecidas por las entidades del Grupo FMBBVA; y su capacidad de recuperación.

El análisis de lo ocurrido en 2020 se presenta en el Informe de Desempeño Social, que se publica de forma anual, y que muestra una de las principales fortalezas de la FMBBVA: Medir el impacto de las acciones realizadas posibilita velar por el grado de éxito en el cumplimiento de la misión de la fundación.

Gracias a su labor, en 2020, la Fundación Microfinanzas BBVA volvió a ser reconocida como la primera fundación en contribución al desarrollo en Latinoamérica y la primera del mundo en contribución al desarrollo para la igualdad de género, según los datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).