Seguros: Aspectos básicos

Los microseguros son seguros diseñados para brindar protección a las personas de ingreso bajo contra peligros específicos, a cambio de una prima baja. Los productos de microseguros procuran proteger a las personas pobres contra los riesgos que afrontan de manera más frecuente. Las primas suelen ser bajas, si bien son proporcionales a la probabilidad y el costo del riesgo involucrado. 

Los microseguros se contratan a través de diversos canales, entre ellos pequeñas organizaciones comunitarias, cooperativas de crédito y otras instituciones de microfinanzas (IMF), empresas de servicios públicos, escuelas, iglesias, tiendas minoristas y otros canales. Los proveedores abarcan desde pequeños planes informales hasta grandes compañías internacionales de seguros.

Los pobres viven y trabajan en condiciones riesgosas y son vulnerables a enfermedades, muerte accidental y discapacidad, pérdidas de activos a raíz de robos o incendios, pérdidas agrícolas y desastres naturales o provocados por el hombre.  La exposición a estos riesgos puede dar lugar a grandes pérdidas financieras y además somete a los hogares vulnerables a un estado permanente de incertidumbre al no saber si la pérdida se producirá realmente o el momento en que ello ocurrirá.  Este temor constante reduce la probabilidad de que los pobres aprovechen las oportunidades de generar ingresos que podrían contribuir a disminuir la pobreza. Aunque se dispone de poca información basada en pruebas sobre el impacto de los seguros en la disminución de la pobreza, los microseguros pueden ser útiles para reducir la vulnerabilidad de los hogares pobres, lo que a su vez les permitirá mejorar sus condiciones de vida. 

Uno de los mayores desafíos que se afrontan en el ámbito de los microseguros radica en la entrega efectiva a los clientes. Hay cuatro métodos principales para ofrecer microseguros: el modelo socio‑agente, el modelo basado en la comunidad, el modelo de servicio integral y el modelo de venta directa. Asimismo, hay varios modelos mixtos. Cada uno de estos modelos tiene sus propias ventajas y desventajas. 

  • Modelo socio-agente: La IMF actúa como agente, comercializa y vende el producto a sus clientes existentes a través de la red de distribución que ya ha establecido para sus otros servicios financieros.  La compañía de seguros actúa como socio, proporciona sus servicios especializados en materia actuarial, financiera y de tramitación de reclamaciones, y el capital necesario para las inversiones iniciales y las reservas exigidas por la ley. La aseguradora también asume el riesgo.
  • Modelo basado en la comunidad y mutuales de seguros: Los titulares de pólizas o clientes están a cargo de las operaciones, las administran y son sus propietarios, y trabajan con proveedores externos de servicios de salud para ofrecer esos servicios. Este modelo es ventajoso debido a que permite diseñar y comercializar productos de manera más fácil y eficaz, pero el tamaño reducido y el limitado alcance de sus operaciones constituyen una desventaja.
  • Modelo de servicio integral: La IMF que brinda los servicios de seguros se encarga de todo: el diseño y el suministro de los productos a los clientes, las ventas, los servicios y la evaluación de reclamaciones. La IMF trabaja con proveedores externos de servicios de salud para ofrecer los servicios.  Las aseguradoras (IMF) son plenamente responsables de todos los costos y las pérdidas relacionados con los seguros, pero también retienen todas las ganancias. La ventaja de este modelo radica en que las IMF tienen el control total, pero los riesgos más elevados y la posible falta de conocimientos técnicos sobre seguros constituyen una desventaja.
  • Modelo de venta directa: En el marco de este modelo, la misma institución actúa como prestadora de servicios y como aseguradora.  De igual modo que en el modelo de servicio integral, la aseguradora es responsable de todas las operaciones, la entrega, el diseño y los servicios. Una vez más, la ventaja radica en el grado de control que se retiene y, la desventaja, en las limitaciones en materia de productos y servicios.
  • El seguro de vida y préstamo es uno de los más frecuentes y garantiza que “la deuda se extingue con el fallecimiento del deudor”. En realidad, se utiliza para proteger a los prestamistas, no a las familias, ante el fallecimiento de sus clientes y, con frecuencia, las IMF lo ofrecen directamente.
  • El seguro temporal de vida o accidentes personales se ofrece, por lo general, junto con el seguro de vida y préstamo para cubrir a la familia en caso de fallecimiento del prestatario. 
  • El seguro de vida y ahorro se utiliza, con frecuencia, para estimular el ahorro.
  • El seguro de salud es probablemente el producto de mayor demanda entre los hogares pobres y de ingreso bajo; no obstante, es también el riesgo más complejo de cubrir debido al mayor grado de asimetría en la información entre la aseguradora y el asegurado. Esta información asimétrica da lugar a niveles potencialmente más altos de riesgo moral y selección adversa, que hasta la fecha han planteado dificultades a las aseguradoras comerciales. En consecuencia,  muchas compañías suelen descartar la esfera de la salud pues consideran que es un área en la que es difícil proporcionar microseguros en forma viable, y prefieren focalizarse en los productos más simples antes mencionados. Sin embargo, las organizaciones creadas en forma de mutuales de ahorro pueden aprovechar la información local y la presión de sus pares para abordar cuestiones relacionadas con el riesgo moral, y mediante la afiliación en bloque pueden reducir en gran medida el riesgo de selección adversa. 
  • El seguro sobre la propiedad está vinculado, casi siempre, a un préstamo y puede ser útil para que el prestatario continúe reembolsando su préstamo únicamente si le sucede algo a la propiedad (generalmente, ganado). En algunos casos, también se cubre la reposición de la propiedad. En las pólizas dotales se combina el seguro y ahorro a largo plazo con préstamos de emergencia contra el saldo del ahorro. En este caso, los pagos de la prima acumulan valor.
  • El seguro agrícola es especialmente complicado y existen pocos datos sobre programas viables. El problema radica en que existe una menor probabilidad de que los agricultores asegurados apliquen prácticas acertadas, lo que aumenta la probabilidad de que pierdan sus cosechas. Es difícil calcular la probabilidad de pérdida debido a los numerosos factores que pueden influir en el rendimiento de las cosechas. Al mismo tiempo, las primas que los agricultores pueden pagar generalmente no son suficientes para cubrir las reclamaciones y los costos administrativos.  Algunas innovaciones recientes que establecen un vínculo entre el seguro y las precipitaciones y otras condiciones climáticas son prometedoras debido a que podrían ser más cuantificables, objetivas y viables.

El diseño de un plan acertado de microseguros es difícil y complejo, requiere conocimientos técnicos especializados y datos específicos que la mayoría de las IMF y las organizaciones basadas en la comunidad no poseen. Las pruebas empíricas suelen ayudar a las instituciones a lograr la combinación correcta de precios y servicios, pero la asistencia técnica les permite resolver esta cuestión y evitar errores costosos. 

En las zonas pobres, la demanda es, con frecuencia, pequeña debido a las primas periódicas que los miembros deben pagar, la falta de conocimientos sobre seguros y la mala imagen de las aseguradoras entre los pobres. Si el conjunto de titulares de pólizas es excesivamente pequeño, la volatilidad en el número de los siniestros puede ocasionar un aumento inesperado de las reclamaciones, con la consiguiente quiebra del plan.  Si bien no es posible establecer con precisión un número mínimo de titulares de pólizas, es probable que el proveedor deba asumir un riesgo indebido si el conjunto incluye menos de 1000 a 2000 personas.

El riesgo covariante es otro desafío para las aseguradoras. Los riesgos cubiertos por medio de seguros solo deben afectar a una porción relativamente pequeña del total de la población asegurada en un momento determinado. Si es probable que un riesgo, como por ejemplo una inundación o el VIH/sida, ocasione al mismo tiempo daños similares a una gran proporción de los clientes de la IMF, un solo acaecimiento del riesgo produciría la quiebra del plan.

El riesgo moral y la selección adversa también dificultan la provisión de seguros. El riesgo moral surge cuando las personas pueden aprovecharse del seguro para sobrevalorar deliberadamente sus activos y efectuar reclamaciones por pérdidas que ellas contribuyen a generar. La selección adversa se produce debido a que es más probable que las personas con problemas de salud o expectativas de problemas de salud adquieran seguros. Esto eleva el costo de la provisión de seguros.