Inclusión financiera en Medio Oriente y Norte de África

 Un hombre elige frutas en un mercado callejero en Gaza.
Un hombre elige frutas en un mercado callejero en Gaza. Foto: Natalia Cieslik, Banco Mundial, 2010.

La inclusión financiera en Medio Oriente y África del Norte ha avanzado a un ritmo moderado en los últimos diez años, pasando del 43% de adultos con una cuenta financiera en 2014 al 53% en 2024, según la Base de Datos Global Findex 2025. Sin embargo, la inestabilidad en la región ha provocado fluctuaciones en este progreso, ya que los avances a veces se revierten. Actualmente, la región presenta el nivel más bajo de acceso a cuentas financieras en el mundo (excluyendo los países de ingresos altos). Irán, con su gran población y economía más desarrollada, tiene el nivel más alto de acceso a cuentas en la región, con un 91%, lo que eleva ligeramente el promedio regional. Ningún otro país se acerca a esa cifra: Jordania tiene el siguiente nivel más alto con 47%, seguido por Marruecos (44%) y Egipto (43%). De los países que reportan datos, Líbano tiene el nivel más bajo de acceso a cuentas financieras, con solo 23%.

Solo el 44% de los adultos en la región utilizaron pagos digitales en el último año, la tasa más baja entre todas las regiones del mundo, empatada con Asia Meridional. Nuevamente, esta cifra está influenciada por la economía de Irán, donde el 86% de los adultos reportaron haber usado pagos digitales. En el resto de los países de la región, las tasas de uso de pagos digitales son inferiores al 40%, con los niveles más altos en Jordania (38%), Egipto (36%) y Marruecos (32%), y el más bajo en Argelia (13%).

Brecha de género en la inclusión financiera

La brecha de género en la inclusión financiera en Medio Oriente y África del Norte se ha ampliado en los últimos años y actualmente es la más alta entre todas las regiones del mundo (excluyendo economías de ingresos altos), con una diferencia de 14 puntos porcentuales: solo el 46% de las mujeres en la región poseen una cuenta financiera, frente al 60% de los hombres. La mayoría de los países de la región presentan brechas aún mayores, como Argelia con la más alta (34 puntos porcentuales), Túnez (23 puntos) e Irak (22 puntos).

Las mujeres también tienen menos probabilidades de utilizar pagos digitales que los hombres: el 38% de las mujeres los usan, frente al 50% de los hombres, lo que representa una brecha de 12 puntos porcentuales.

Estas disparidades de género indican una necesidad urgente en toda la región de implementar políticas específicas que prioricen la equidad de género en la inclusión financiera. Las investigaciones demuestran que los servicios financieros, especialmente el crédito y el ahorro, pueden contribuir al empoderamiento económico de las mujeres al aumentar su autonomía, permitirles controlar mejor los recursos financieros, participar en la toma de decisiones y acceder a empleos de mayor calidad. Para explorar el vínculo entre el acceso a servicios financieros y el empoderamiento económico de las mujeres, consulta el Impact Pathfinder de CGAP, que sintetiza décadas de investigación sobre este tema. También puedes unirte a FinEquity, una comunidad de práctica convocada por CGAP para empoderar a las mujeres a través de la inclusión financiera.

Resiliencia financiera

Medio Oriente y África del Norte enfrentan algunos de los desafíos de desarrollo más complejos del mundo, incluyendo fragilidad y conflictos, seguridad alimentaria, estabilidad macroeconómica, desempleo y desigualdad de género. Los impactos climáticos agravan estos desafíos: el 22% de los adultos en la región reportaron haber experimentado un desastre natural o evento climático extremo en los últimos tres años, con un 7% que perdió ingresos y otro 7% que sufrió daños en sus propiedades.

Solo el 28% de los adultos afirma que podría cubrir sus gastos por más de dos meses si su hogar perdiera su fuente principal de ingresos, mientras que el 47% solo podría cubrir gastos por un mes o menos. Con niveles tan bajos de resiliencia financiera y una alta exposición a múltiples tipos de choques, existe una necesidad urgente de ampliar el acceso a servicios financieros que fortalezcan la capacidad de los hogares para absorber y recuperarse de las crisis, incluyendo ahorro, seguros y redes de protección social.

Para explorar el vínculo entre el acceso a servicios financieros y la resiliencia climática, consulta el Impact Pathfinder de CGAP, que sintetiza décadas de investigación sobre este tema.