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Inclusión financiera en la última milla: ¿Qué se necesita para llegar a más mujeres rurales?

Los servicios digitales están impulsando la inclusión financiera y aliviando la pobreza. Pero ¿por qué las mujeres rurales quedan rezagadas?

Mujer recogiendo naranjas. Por Pavel Sobolov, Concurso de Fotografía CGAP 2016.

La inclusión financiera está dejando ver el potencial de las micro y pequeñas empresas en las comunidades pobres y rurales para crecer y contribuir a reducir la desigualdad de género. Las mujeres con acceso a servicios financieros, -incluyendo cuentas bancarias y mecanismos de ahorro- pueden controlar mejor sus ingresos y realizar gastos personales y productivos. Mejorar la inclusión financiera puede brindar a las mujeres más opciones en cuanto a la utilización de su tiempo, ya sea para el empleo, el ocio o la educación, y fomentar una mayor autonomía en las decisiones, que van desde el empleo y el matrimonio hasta el uso de métodos anticonceptivos. Los servicios financieros pueden ayudar a las mujeres a crecer sus negocios, elegir dónde y cómo trabajar, y aumentar su productividad y sus ingresos.

Brecha de género en inclusión financiera

Los productos y servicios financieros convencionales todavía no llegan a muchas mujeres pobres, especialmente en las denominadas zonas rurales de "última milla". De acuerdo con datos del Global Findex 2014, sólo el 57% de las mujeres en todo el mundo tiene una cuenta bancaria, en comparación con un 64% de los hombres. La brecha se amplía a medida que baja la escala de ingresos: las mujeres pobres tienen un 28% menos de probabilidades que los hombres pobres de tener una cuenta bancaria formal. Además, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por su sigla en inglés) estima que más del 70% de las pequeñas y medianas empresas (PYME) propiedad de mujeres tiene acceso insuficiente o nulo a los servicios financieros.

Las nuevas plataformas digitales de bajo costo presentan oportunidades para ampliar la inclusión financiera significativamente en las zonas rurales y pobres. Los proveedores de servicios financieros están utilizando servicios digitales innovadores que tienen el potencial de superar los desafíos de la geografía, reducir los costos de transacción y aumentar la transparencia y, por lo tanto, la confianza en los sistemas financieros. La privacidad y la autonomía financiera de los usuarios se potencian con productos y plataformas digitales, que ayudan a reducir el riesgo de que los fondos sean desviados o apropiados por otros.

¿Es suficiente la digitalización?

Sin embargo, la digitalización de los servicios financieros por sí sola no es suficiente para mejorar las vidas de las mujeres de bajos ingresos en las comunidades rurales. Nuestro trabajo en Tanzania y Kenia muestra que, a pesar de la rápida difusión del dinero móvil y otros servicios digitales en las zonas urbanas, siguen existiendo importantes barreras para las mujeres pobres y rurales con bajos índices de alfabetización, para captar y utilizar los servicios. Para ampliar el alcance de las plataformas de inclusión digital, necesitamos interfaces que funcionen para las mujeres con bajos niveles de alfabetización e inversiones en información y capacitación para ayudar a las mujeres a utilizar los productos más nuevos. El conocimiento de los servicios financieros y de conceptos clave como interés, deuda y superávit, resultan fundamentales, junto con una tecnología fácil de usar.

Durante la conferencia SEEP 2017, el Proyecto BOMA y REPOA, en asociación con ICRW, compartieron aprendizajes sobre investigaciones e intervenciones en género e inclusión financiera financiados por la Fundación Bill y Melinda Gates. En la sesión presentaron estrategias, desarrollo de capacidades e innovaciones en el diseño de productos (es posible descargar las presentaciones al registrarse e ingresar a en este link).

Para lograr una verdadera inclusión financiera -y la reducción de la pobreza que puede traer- es fundamental prestar atención tanto al acceso como al uso de productos y servicios financieros. Todavía queda mucho por hacer para reducir la brecha de género y la exclusión desproporcionada de las mujeres rurales de las opciones y oportunidades financieras digitales.

(*) Kathleen Colson es CEO y fundadora del Proyecto BOMA. Blandina Kilama es investigadora senior de REPOA. Sarah Gammage es directora de empoderamiento económico y subsistencia en el Centro Internacional de Investigación de la Mujer (ICRW por su sigla en inglés). 


Logo SEEP 2017.El Portal de Microfinanzas fue aliado estratégico de contenido de la Conferencia anual SEEP 2017 que se llevó a cabo del 2 al 4 de octubre en Arlington - Virgina, Estados Unidos.

Este artículo fue originalmente publicado en inglés en el blog de SEEP

Los invitamos a explorar esta lista de recursos sobre género, empoderamiento y finanzas rurales, compilada por El Portal de Microfinanzas:


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