El acceso a los servicios financieros para los segmentos de la población de menores ingresos en los países en desarrollo se ha expandido significativamente en los últimos años, sin embargo todavía hay una gran brecha por cubrir, sobre todo para llevar los servicios financieros a las comunidades rurales y poblaciones de bajos ingresos tradicionalmente desatendidas por la banca tradicional en estos países.
Hoy, el aumento en el uso de los teléfonos celulares y la banca móvil ha cambiado significativamente el panorama para ofrecer una amplia gama de nuevas oportunidades. Estudios diversos coinciden en que el acceso a servicios financieros permite mejorar la disposición para superar imprevistos y aprietos financieros (como los que venimos viviendo por el Covid 19).
El actual momento por el que atravesamos, obliga a los entes reguladores de los países a tener una mayor apertura a la oferta de nuevas soluciones digitales y canales alternativos con una visión diferente y disruptiva de intermediación financiera.
El acceso a los servicios financieros para los segmentos de la población de menores ingresos en los países en desarrollo se ha expandido significativamente en los últimos años, sin embargo todavía hay una gran brecha por cubrir, sobre todo para llevar los servicios financieros a las comunidades rurales y poblaciones de bajos ingresos tradicionalmente desatendidas por la banca tradicional en estos países.
Hoy, el aumento en el uso de los teléfonos celulares y la banca móvil ha cambiado significativamente el panorama para ofrecer una amplia gama de nuevas oportunidades. Estudios diversos coinciden en que el acceso a servicios financieros permite mejorar la disposición para superar imprevistos y aprietos financieros (como los que venimos viviendo por el Covid 19).
El actual momento por el que atravesamos, obliga a los entes reguladores de los países a tener una mayor apertura a la oferta de nuevas soluciones digitales y canales alternativos con una visión diferente y disruptiva de intermediación financiera.