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El rol de la investigación para escalar de pilotos a políticas de inclusión financiera

Foto: Taller de educación financiera. Gentileza FOSIS.

Desde su creación como iniciativa piloto en 2012 hasta el 2019, más de 35.000 personas - 90% mujeres-, han participado del Programa de Educación Financiera del FOSIS, en el marco de las políticas de superación de la pobreza en Chile. Transitar de un piloto a un programa institucionalizado, implicó desde el trabajo de la cooperación combinar una serie de estrategias basadas en la investigación, la incidencia y la difusión del conocimiento para lograr impactar a miles de mujeres.

Lograr que la investigación se incorpore en los procesos de construcción de políticas de inclusión financiera demanda un esfuerzo compartido y una alta dosis de persistencia. El desafío ha consistido –y consiste-, en lograr pasar de iniciativas piloto a estrategias de mayor escala que sean sostenibles.

Ejemplo de ello, es la estrategia de cooperación implementada desde el año 2009 entre el Fondo de Solidaridad e Inversión Social – FOSIS, servicio relacionado del Ministerio de Desarrollo Social y la Famila de Chile y el Instituto de Estudios Peruanos, a cargo de la implementación del  Proyecto Capital en Chile y Perú, y que -en la actualidad- a través del apoyo de International Development Research Centre -IDRC- de Canadá, busca generar conocimiento profundo sobre los efectos que trae para las mujeres incluirlas y educarlas financieramente.

Más de 10 años han transcurrido desde el primer piloto de educación financiera y la investigación sigue jugando un rol fundamental en los procesos de mejora continua del FOSIS, ahora con el trabajo en desarrollo junto al IEP, se está apoyando con datos para la construcción de soluciones que hagan frente a la emergencia sanitaria y social.

La pregunta es ¿cómo lograr que la investigación incida en la institucionalización de políticas de inclusión financiera? Algunas de las estrategias que funcionaron -y otras que no- se presentan a continuación a partir del  trabajo realizado con el FOSIS:

1 - Partir de la evidencia, probar y ajustar para transitar de pilotos a programas institucionalizados

Ciertamente, no es fácil lograr incidir a través de la investigación en políticas institucionalizadas. Llegar a acuerdos sobre los objetivos y alcances, acceder a  información que sea oportuna y confiable, buscar un equilibrio entre la rigurosidad metodológica y los tiempos y procesos reales para su aplicación, y al final de todo este recorrido, mantener un diálogo fluido y permanente con las contrapartes para que los resultados tengan algún impacto.

El primer estudio, realizado por el Proyecto Capital en el año 2009, permitió evidenciar el ahorro como una real posibilidad para las familias usuarias de los programas de FOSIS. Los resultados de la investigación, sumado a otras experiencias que se adelantaban en la región, derivaron en el diseño de un piloto para promover el ahorro. Si bien el piloto no pudo ser implementado principalmente por restricciones normativas para asignar a las familias incentivos monetarios, significó información valiosa para la intervención futura sobre las capacidades financieras de las familias en situación de pobreza.

El piloto se implementa en el año 2012 incorporando nueva evidencia sobre las prioridades en la capacitación, toda vez que el 77,3% de las familias de FOSIS se encontraba endeudada principalmente para la compra de productos de la canasta básica en el mercado del retail. Considerando los resultados del piloto, en el año 2013 la temática de la educación financiera se instala en el FOSIS como un programa regular, incorporando los ajustes a partir de las lecciones aprendidas.

Al avanzar la operación del Programa de Educación Financiera a nivel nacional, en 2017 con el apoyo de la Universidad de La Frontera a través del CEPEC se presenta datos relevante a considerar sobre los sesgos de comportamiento al momento de tomar decisiones financieras, así como diversos perfiles al interior del grupo de mujeres usuarias de programas sociales.

La investigación reflejó que las mujeres vivían con serias dificultades para planificar su presupuesto y no confiaba ni se sentía acogidas por el sistema financiero. Además, el estudio reveló que estas mujeres solían recurrir a fuentes informales cuando tenían necesidades de crédito (familia, amigos, prestamistas o retail), lo que conduce al endeudamiento con tasas de interés no reguladas, plazos y montos arbitrarios. 

La evaluación de procesos mostró que el 90% de las personas que asistieron a los talleres de capacitación del Programa de Educación Financiera son mujeres y que el diseño de los materiales didácticos consideraban sólo personajes masculinos que hablaban a las mujeres en contextos y ejemplos que no reflejaban sus realidades. El análisis obligó a repensar la intervención con los lentes de género. En 2018 se lanza el  rediseño con un enfoque de género transversal el cual orienta la intervención de tal modo que evite la reproducción de inequidades, potencie la agencia de las mujeres y mejore sus capacidades al momento de relacionarse con el sistema financiero. 

2 - Hacer un uso más eficiente de los datos disponible

Actualmente, el IEP y la Universidad de La Frontera a través del CEPEC adelantan una evaluación al Programa de Educación Financiera, enfocado en los efectos de la inclusión y educación financiera en las mujeres. Producto de la pandemia, la investigación avanzó un paso más para aportar una mayor comprensión de los perfiles de las capacidades financieras de las mujeres usuarias del FOSIS y así contribuir con el diseño de un nuevo piloto que permita dar una respuesta efectiva y diferenciada. 

"Producto de la pandemia, la investigación avanzó un paso más para aportar una mayor comprensión de los perfiles de las capacidades financieras de las mujeres usuarias del FOSIS y así contribuir con el diseño de un nuevo piloto que permita dar una respuesta efectiva y diferenciada".

Lo importante de la investigación es que reconoce que no se parte de cero. La evidencia construida previamente marca el énfasis sobre las variables más importantes a destacar y sobre las que aún es necesario ingadar y profundizar. Esto favorece el desarrollo de instrumentos más acotados -dejar de preguntar cosas que ya sabemos o que no están generando ningún resultado.

Además, el estudio incluye un análisis a más 34.000 registros de línea base y línea de salida que entre 2012 y 2019 fueron consultados a los participantes del Programa de Educación Financiera. Estos registros que incluyen información al inicio del ingreso de los participantes al programa y el momento en que finaliza, estaban guardados o “dormidos”, y que poder analizarlos ahora, permite conocer la historia y la evolución misma del Programa a través de sus participantes: sus características generales como la composición familiar, el nivel de educación, empleabilidad; como también acerca de los objetivos del Programa en lo referente al ahorro, al endeudamiento y sus conocimientos financieros.

3 - Establecer relaciones de confianza con las contrapartes

Las evaluaciones de impacto permiten generar datos duros que facilitan el trabajo de incidencia, el control y el seguimiento de los efectos de las intervenciones. Sin embargo, un dato duro que no esté acompañado de un conocimiento detallado de los procesos de las instituciones, no facilita que las iniciativas sean replicables y escalables. Esto se traduce desde la labor investigadora, en acompañar con evaluaciones de procesos las iniciativas piloto, comprender a profundidad la operación, los tiempos y requisitos administrativos.

Se trata de un ejercicio doble, donde los investigadores no sólo deben aplicar sus habilidades académicas, sino también acercarse más al quehacer de los hacedores de política para llegar a un punto de conversación común de los objetivos.

Institucionalizar una política, demanda un ejercicio permanente de diálogo entre múltiples actores -públicos, privados, académicos, entre otros-, que acompañen y enriquezcan las conversaciones que se vienen dando tanto a nivel país, como a nivel regional sobre las estrategias de inclusión y educación financiera.  Ejemplo de ello, fue la movilización y participación del FOSIS y el IEP alrededor de las mesas de discusión para articular acciones y esfuerzos que incrementaran las capacidades financieras de toda la población con foco en los segmentos más vulnerables. Actualmente, luego de años de incidencia, Chile cuenta con una Estrategia de Educación Financiera en el marco de los compromisos asumidos por Chile ante la OECD, que prioriza la atención las mujeres receptoras de programas sociales y los jóvenes escolares.    

En lo que corresponde a la agenda de investigaciones, otro elemento clave ha consistido en saber usar y optimizar los datos generados en las evaluaciones. Identificar las distintas audiencias involucradas en el proceso, promover espacios de socialización de la información, así como definir formatos diferenciados en los que debe ser entregada la evidencia, hacen parte de un conjunto de acciones que, sumadas, facilitan que la inversión destinada a la investigación, finalmente se traduzca en acciones de política.

Proyectos de largo aliento que involucran a tantos actores y que generan tanta información requieren venir acompañados de productos que, una vez terminan las financiaciones y los consultores se van, se conviertan en productos de bien público. 

Conscientes de esto, se ha desarrollado un espacio virtual para la difusión del conocimiento, que alberga la evidencia y las experiencias implementadas en el marco del Proyecto Capital, no sólo para Chile, sino que relata la experiencia de toda América Latina y El Caribe, y que están dispuestas con libre acceso a toda la comunidad en el siguiente enlace: http://repositorioproyectocapital.com/

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